MELÓN
El fruto más típico del huerto de verano requiere un clima caluroso y riegos abundantes. Se cultiva como planta anual. Necesita una exposición soleada, aireada y amplia para crecer bien.
Cultivo:
Esta cucurbitácea no tolera las bajas temperaturas, por lo que haremos semillero en abril (germinará a los 7-10 días) y plantaremos a principios de mayo para evitar riesgo de heladas. Son exigentes en nutrientes, por lo que al plantar añadiremos algo de humus en el hoyo.
Recolección:
A los dos meses y medio de la plantación.
Asociaciones:
El melón se lleva bien con todas las hortalizas salvo con las de su familia: pepinos, sandías o calabazas. Teniendo en cuenta el tamaño que alcanza la mata, mejor intercalaremos con otras de ciclo corto como lechugas, rabanitos o espinacas, o aprovecharemos la sombra que les pueden dar, por ejemplo, las judías de mata alta en lugares muy expuestos al sol y con altas temperaturas.
Cuidados:
El acolchado es recomendable en cualquier cultivo rastrero, así mantenemos la humedad en el suelo y evitamos la competencia con las hierbas adventicias. El riego debe ser mínimo, mejor plantar entre goteros, cuanto menos riego, más dulce y menos problemas de hongos y podredumbre.
¿Un truco? Apoya el melón cuando tenga un buen tamaño en una maceta o un ladrillo cerámico, evitarás que se enmohezca en contacto con el suelo húmedo.
Si te atreves, el entutorado del melón es todo un arte!
Plagas y enfermedades más comunes:
Les perjudicará el exceso de humedad si hay temperatura elevada, provocando oídio, mildiu, fusarium u otros hongos. Mejor no mojar la parte aérea y aplicar soluciones preventivas para evitarlo.