¿Sabías que que una fresa tiene alrededor de 200 semillas? Y que es el único fruto que las tiene en el exterior?
Por su alto contenido en vitamina C (más que cualquier cítrico) y su escaso valor calórico es una fruta muy recomendable en cualquier dieta.
FRESAS
Esta planta vivaz y rastrera se da de manera silvestre en nuestros bosques, muy apreciada por su aroma y sabor y por su producción abundante. Las variedades cultivadas nos ofrecen una cosecha casi constante a lo largo del año. Requieren un espacio soleado en nuestro huerto y cuidados sencillos.
Cultivo:
La siembra de la fresa no es tan sencilla, requerirá un periodo de frío para germinar. Sembraremos a finales de verano-otoño y en primavera las tendremos listas para el trasplante.
Necesitarán espacio para reproducirse posteriormente y una zona soleada en el huerto. Las reproduciremos por estolón o división de mata en otoño.
Recolección:
Las fresas no maduran una vez separadas de la planta, por lo que las cosecharemos en su momento óptimo de madurez, desde principios de primavera hasta el otoño, según las variedades cultivadas.
Asociaciones:
Hacen buenas migas con borrajas, puerros, ajos, espinacas, lechugas o judías de mata baja. No les gustan las coles.
Cuidados:
El acolchado es recomendable en cualquier cultivo rastrero, así mantenemos la humedad en el suelo y evitamos la competencia con las hierbas adventicias. El riego debe ser regular y moderado, sobre todo cuando hace más calor, siempre teniendo cuidado de no mojar la parte aérea. Son exigentes en nutrientes, por lo que un aporte extra de humus de lombriz o preparado con ortiga siempre le vendrá bien.
Plagas y enfermedades más comunes:
La araña roja o el pulgón son frecuentes en lugares soleados y con baja humedad ambiental, por el contrario en sitios más sombríos habrá que tener cuidado con oídio, mildiu y podredumbre.
Un buen preventivo con yogur o cola de caballo nos ayudará a evitarlo.