La Bromelia ha sido durante mucho tiempo la belleza más exótica entre las plantas de interior. Aunque ha costado tiempo que el público se sienta atraído tanto por las atractivas rosetas de hojas cónicas y sus brácteas de colores brillantes como por el delicioso fruto de la bromelia más conocida, la piña. Hay más de 1.600 especies diferentes en estado salvaje.
Origen
La mayoría de las bromelias proceden de las regiones tropicales de América del Norte y del Sur, donde crecen en diferentes condiciones climáticas. Las bromelias incluyen especies como la Piña, Guzmania, Vriesea, Aechmea y Tillandsia. En la naturaleza, la mayoría de estas plantas crecen en árboles con raíces filiformes (epífitas) sin extraer nutrientes ni agua del árbol. Los obtienen del aire.
Elige tu Bromelia
La variedad de bromelias es muy diversa y colorida. Las especies más conocidas son Guzmania y Vriesea. La primera florece de forma concéntrica y Vriesea siempre tiene una inflorescencia plana. Las hojas son siempre lisas y normalmente verdes, pero también hay variedades variegadas.
Una de las bromelias más antiguas y conocidas es la Achme. Antiguamente solía tener las hojas dentadas, pero hoy en día se presenta con atractivos bordes lisos y una hermosa inflorescencia rosa (Aechmea ‘Primera’). A la clásica variedad rosa se suman ahora las variedades blanca, roja, naranja y bicolor.
Otra bromelia común es la Tillandsia cyanea, con inflorescencias rosadas de las que emergen las flores de color cian.
Cuidados básicos
Las bromelias son muy fáciles de cuidar. Hay que situarlas en un lugar cálido y luminoso, pero no a pleno sol.
Las rosetas contienen pelos y escamas absorbentes con las que la planta absorbe agua y nutrientes. Las bromelias necesitan agua especialmente en la roseta y con moderación en el suelo. Regar una vez por semana es suficiente.